Creadora. Presidente. Fundadora
No se puede educar sin inducir a la belleza, sin inducir del corazón la belleza […]
El camino de la belleza es un desafío que se debe abordar.
S.S. Papa Francisco – 7 de febrero, 2020-
1- En lo PURIFICATIVO muy revelador es el ACTO BAUTISMAL; Acto purificador por excelencia, donde tanto el agua como el aceite son sumamente significativos.
El aceite simboliza la unción del Espíritu Santo; una forma en que Dios manifiesta su respaldo en el ministerio o en la vida de una persona. El aceite también simboliza el poder de Dios para sanar, Santiago 5:14.
«Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí […] es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.» Este fuego también conmueve a la persona a dejar cualquier pecado que exista en su corazón. Por lo que, tanto fuego purificador, el Espíritu Santo también es agua refrescante, agua de Vida, Salmos 72:6.
Además, la paloma representa el amor (Cantares 5:2), la paz (Génesis 5:8) y la ternura (Isaías 59:11) del Espíritu Santo.
PURIFICARSE tiene que ver con renunciar a los vicios, apegos desordenados… y dejarse conmover por la Gracia. De esta manera, situando a Dios ante el pecado, se desarrollan las VIRTUDES; entre otras:
2- Lo ILUMINATIVO responde al Resplandor de los VALORES más altos, Valores que iluminan. Muy ilustrativo es el fuego del Espíritu Santo que se presenta de dos formas y tiene dos propósitos.
Por un lado, aquí recordamos la presentación de Dios a Moisés en el desierto: lo hizo en forma de un fuego en medio de la zarza, sin consumirla, Éxodo 3:1-6.).
Por otro lado, Moisés recibiendo los Diez Mandamientos permite pintar incluso la Tabla que los contiene y de donde surgen VALORES.
VALORES que guían como la Belleza, la Verdad, el Bien…:
3- Lo UNITIVO, se puede resumir en ver a Dios, Uno y Trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en todo y sentirnos parte íntimamente vinculada: “Dios en todo y en todos”, con la conciencia de estar en COMUNIÓN CON CRISTO Y CON LOS DEMÁS, interna y externamente.
Unidad plural creciente en el amor. Es muy significativo e ilustrativo pensar en una imagen de MANOS ABIERTAS ANTE DIOS, UNO Y TRINO (o sea toda nuestra vida (en cuerpo, mente y alma) ofrecida a Su voluntad), ya que es nuestra Misión en tanto hemos sido invitados a ser portadores de la vida de Cristo en comunidad, cuidando nuestra propia vida y la de los demás: Sr., te ofrezco mi vida… ofrezco mis manos para que realicen Tu Voluntad.
Lo Unitivo responde a la espiritual COMUNIÓN natural y consciente que suele incluir la COMUNIÓN SACRAMENTAL (Sagrada Eucaristía) o en su defecto la COMUNIÓN ESPIRITUAL: < es «un acto de deseo» que consiste en «expresarle a Jesucristo que deseamos recibirlo en el corazón».> «Cuando no podáis comulgar ni oír misa, podéis comulgar espiritualmente, que es de grandísimo provecho.» Santa Teresa de Jesús
Sagrada Eucaristía: signo de Unidad, vínculo de Amor… nos ayuda a manifestar sacramentalmente esta COMUNIÓN.
COMUNIÓN SACRAMENTAL COMUNITARIA o sea la SANTA EUCARISTÍA
< 1396 La unidad del Cuerpo místico: La Eucaristía hace la Iglesia. Los que reciben la Eucaristía se unen más estrechamente a Cristo. Por ello mismo, Cristo los une a todos los fieles en un solo cuerpo: la Iglesia. La comunión renueva, fortifica, profundiza esta incorporación a la Iglesia realizada ya por el Bautismo. En el Bautismo fuimos llamados a no formar más que un solo cuerpo (cf 1 Co 12,13). La Eucaristía realiza esta llamada: «El cáliz de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? y el pan que partimos ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo? Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan» (1 Co 10,16-17)>. <La comunión acrecienta nuestra unión con Cristo. Recibir la Eucaristía en la comunión da como fruto principal la unión íntima con Cristo Jesús. En efecto, el Señor dice: «Quien come mi Carne y bebe mi Sangre habita en mí y yo en él» (Jn 6,56). La vida en Cristo encuentra su fundamento en el banquete eucarístico: «Lo mismo que me ha enviado el Padre, que vive, y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí» (Jn 6,57)>
Si se quisiera expresar artísticamente desde alguna imagen concreta, se pueden encontrar muchas imágenes inspiradoras en Internet. Recordando los elementos simbólicos de tal Acto: La vela es un elemento imprescindible en la ceremonia de la primera comunión; debe ser blanca, adornada con motivos católicos alusivos a la ceremonia tales como: la ostia (cuerpo de Cristo), las uvas (sangre de Cristo, simbolizada en el vino), el espíritu santo (paloma), la biblia y el cáliz.
“La koinonía en cuanto dimensión constitutiva de la Iglesia tiene sentido porque depende del Hijo (que es koinonía) y del Espíritu (que es koinonía), en último término del Dios Trinidad (que es koinonía). Y porque la koinonía caracteriza a Dios mismo en su intimidad es por lo que la realidad entera refleja la koinonía del Dios creador y salvador.”
SÍNTESIS
PURIFICATIVO: Bautismo. Liberación de apegos desordenados. Virtudes Resplandecientes.
ILUMINATIVO: Moisés recibiendo los Diez Mandamientos.
Abrazo y/o encarnación de los Valores más altos. Valores Resplandecientes.
UNIFICATIVO: Comunión en comunidad. Dios Uno y Trino (Padre-Hijo-Espíritu Santo) en todo y en todos. Unidad y Paz Resplandecientes.
Espiritual COMUNIÓN natural y consciente que suele incluir la COMUNIÓN SACRAMENTAL (Sagrada Eucaristía) o en su defecto la COMUNIÓN ESPIRITUAL
Introducción en la koinonía del amor eterno.
Apertura, comunicación, encuentro… Comunión. Vida entera del creyente, consagrada a la alabanza divina y al servicio humano.
Nuestro inefable y sacro vínculo invisible, portador de la vida de Cristo y de la sacra entrega de nuestra vida al Dios Uno, en fraterna Comunidad.
La “koinonía que caracteriza a Dios y que puede ser participada por el hombre, no es posible sin el Espíritu, más exactamente, sólo es posible gracias al Espíritu.”
María Irene Giurlani